El carisma de estas hermanas, es decir, su actitud y su compromiso, sigue muy vivo.
Las Agustinas lo ven reflejado en las personas comprometidas social y espiritualmente en mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos. Todos los días oran por el éxito de sus misiones.
Rezan sin descanso para que el llamado de Cristo llegue al corazón de aquellas mujeres que deseen unirse a ellas. Sin embargo, deben renunciar a las formas de noviciado que existían en el pasado.
Si alguien siente este llamado, lo invitamos a ponerse en contacto con las agustinas, quienes le indicarán el camino más adecuado.