El patrimonio cultural, social
y espiritual de las Agustinas
Los objetos y archivos de cada monasterio y algunos de los edificios más antiguos representan sin duda un patrimonio de suma importancia para Quebec y Canadá. Los archivos y libros antiguos suman en total un kilómetro lineal. Los objetos de uso médico, la vida en el monasterio y la vida de oración conforman una colección de más de 50 000 piezas. Antiguamente, cada monasterio confiaba la tarea de preservar estos bienes a hermanas archiveras y, en algunos casos, a hermanas museólogas, y contrataba personal competente para ayudarlas.
En 1995, ante el inminente cierre de los monasterios, se planteó la cuestión de la preservación del patrimonio, por lo cual las agustinas encargaron a un comité que propusiera soluciones adecuadas a las autoridades. En el capítulo del año 2000, decidieron agruparlos en un solo lugar. Al año siguiente, acordaron que ese lugar sería el monasterio fundacional, que transformarían en un lugar de memoria.
Así comenzó a gestarse lo que se convertiría en el Monasterio de las Agustinas, el cual opera desde 2015 en el Anciano-Quebec.
El Gobierno de Canadá otorgó al monasterio del Hôtel-Dieu de Québec y al del Hospital general de Québec el título de lugar histórico nacional de Canadá.
Además, reconoció como acontecimiento histórico de Canadá la llegada de las agustinas al país en 1639.
El Gobierno de Quebec por su lado y en virtud de la Ley del Patrimonio Cultural, declaró monumentos históricos al monasterio del Hôtel-Dieu de Québec, al del Hospital general de Québec y a la capilla del monasterio de Chicoutimi. Procedió del mismo modo con parte de los archivos y colecciones del Hôtel-Dieu de Québec y con todos los archivos y objetos de colección del Hospital general de Québec.
La UNESCO, con el apoyo de la Comisión canadiense del l”UNESCO, inscribió los archivos de los doce monasterios de las Agustinas en el registro internacional de la Memoria del Mundo.
Todos estos reconocimientos confirman el valor excepcional del patrimonio de las Agustinas para las generaciones futuras. También interceden para que se adopten medidas adecuadas que garanticen su conservación.
La Fiducia del patrimonio cultural de las Agustinas
En 2009, las religiosas Agustinas emprendieron un nuevo camino al crear un fideicomiso de utilidad social en virtud del Código Civil de Quebec para que se hiciera cargo del patrimonio cultural de los monasterios. Hoy en día, la fiducia conserva todos los archivos y objetos de colección, así como el monasterio del Hôtel-Dieu de Québec. Gracias a la ayuda financiera de los gobiernos, de la ciudad de Quebec y de los monasterios, esta entidad construyó dependencias para atesorar los bienes que se le confiaron y acondicionó el monasterio del Anciano-Québec para recibir a visitantes y alojar a turistas.
La Fiducia del patrimonio cultural de las Agustinas lo administra un grupo de fideicomisarios laicos. En su acta fundacional, se le confía la responsabilidad de velar por que se respeten los deseos de las Agustinas, en particular los de poner su patrimonio a disposición del público y apoyar a quienes cuidan a enfermos o familiares.
El Monasterio de las Agustinas
La Fiducia del patrimonio cultural de las Agustinas organismo sin ánimo de lucro, se ocupa de la administración de este monasterio, el cual encarna el lugar de memoria de las Agustinas y alberga un museo, un centro de archivos, un hotel de bienestar y un centro de recursos. Ofrece actividades de apoyo y descanso a quienes cuidan a enfermos o familiares. En las salas polivalentes del monasterio, distintas congregaciones organizan capacitaciones o reuniones de trabajo. Con los ingresos que generan estas actividades y la campaña de donaciones, el fideicomiso preserva el patrimonio cultural, espiritual y social de las Agustinas.
El monasterio del Hospital general de Québec
Este monasterio es, sin lugar a duda, una de las joyas del patrimonio de Quebec y Canadá. Originalmente perteneció a la Orden de los Agustinos Recoletos. Se fundó en 1620, se restauró en 1670 y desde 1693, lo ocupan las Agustinas. Se fundó en 1620, se restauró en 1670 y desde 1693, lo ocupan las Agustinas. Alberga uno de los edificios conventuales más antiguos del país.
Hoy en día, es un lugar de reunión de diferentes congregaciones que se encuentran bajo la responsabilidad de las Agustinas. Este espacio de vida, de cuidados y de oración es el hogar de más de cincuenta monjas.
Las Agustinas son conscientes de que algún día tendrán que desprenderse de este lugar, como ya hicieron con otros monasterios. Junto con las autoridades gubernamentales y los actores sociales y culturales de los barrios donde se ubica el monasterio, iniciaron un proceso de reflexión con el fin de encontrar una vocación social para el monasterio que garantice su futuro.