Maria-Catalina
de San-Agustín

Maria-Catalina de San-Agustín

Cofundadora de la Iglesia canadiense

Esta religiosa de apenas dieciséis años procedente del monasterio de Bayeux (Normandía), acudió a Quebec en 1648 como refuerzo de las hermanas del Hôtel-Dieu. Hasta su muerte, veinte años más tarde, cuidó, al igual que sus hermanas, a pobres y enfermos. Al mismo tiempo, profesó una vida espiritual tan profunda que se ganó la admiración de su comunidad, de los colonos e indígenas.

Tras la muerte de la madre Catalina, en 1668, el jesuita Paul Ragueneau, su director espiritual, escribió su biografía, en la cual dio a conocer su extraordinario camino espiritual, digno de una mística que aún hoy suscita el mayor fervor. En la cual dio a conocer su extraordinario camino espiritual, digno de una mística que aún hoy suscita el mayor fervor.

Marie-Catherine de Saint-Augustin, co-fondatrice de l’Église canadienne
Pape Jean-Paul II

En 1989, el papa Juan Pablo II reconoció la dimensión universal de su testimonio espiritual y procedió a su beatificación, paso previo a la canonización.

La Iglesia católica le concedió también el título de cofundadora de la Iglesia canadiense.

El centro Catalina-
de-San-Agustín

Se trata de un centro de actividades dentro del monasterio en el cual vivió la beata y que acoge a visitantes y peregrinos junto a su relicario.